
No pude dormir nada de la dureza que tenia pero sorprendentemente esta vez no me dieron ganas de tirotear a los pajaritos que empezaron a cantar a las cuatro de la mañana indicándome que no faltaba mucho para tener que levantar el ojete de la cama y que yo no iba a dormirme nunca ni una horita siquiera antes de eso y que iba a estar rota todo el día y de golosa no me había guardado ni un levantin.
Mas tarde me di cuenta que era feriado. Sorprendentemente no me molestó. Aunque debo admitir que últimamente los feriados no parecen ya domingos horribles porque todo el mundo necesita plata y los negocios abren igual y todo el mundo quiere gastar plata y salen igual a gastar entonces los feriados ya no son la mierda dominguera depresiva que nos deprime a los depresivos sino días un poco mas movidos que lo que eran hace un tiempo atrás. Aun así no me jodio que sea feriado.
Luego fui al supermercado que está a dos cuadras de mi casa y al que generalmente odio ir porque están las viejas plaga del barrio que me conocen y no me bancan ni yo a ellas pero son falsas y me charlan y me pispean el carrito lleno de birra, papas fritas, patys, coca cola, chocolates y vinito (en eso consiste mi dieta). Pero sorprendentemente no me molestó ir al súper. Salude con una amplia sonrisa a todo el mundo. No me jodieron ni los 50 minutos que me comí en la cola para pagar, ni los piropos flacos y lechosos de los repositores, ni el verdulero evangélico que siempre quiere persuadirme de que esta loco por amor a dios y de que le gustaría que yo también enloquezca de amor por el barba, ni me jodio que los pibitos se choquen distraídos contra mi carrito, ni ver pendejos maricones tirados en el piso llorando a moco tendido para que les compren un Serenito ni me molestó que no haya mayonesa Natura (ufff muchas marcas deberían poner plata por la publicidad que les hago en este blog jaja) ni que la coca este caliente ni que suban los precios todos los días.
Tampoco me molestaron los 40º de calor a la sombra que arrasaron ese día pues por lo general el calor me rompe las pelotas y no me gusta que me chive el bozo ni tener que bañarme a cada rato por que no aguanto y no tengo pileta y tuve un problema con el aire acondicionado y rexona que me abandona.
Tuve que detenerme, en un momento del día, a pensar a qué se debía mi copadez. Al igual que MALCO siempre estoy caraculica, odio ser buena onda, soy ortiva hasta que el copete me pone contentota y ahí si quiero a todo el mundo. Hasta que me acordé y caí en la cuenta que claro, que si, que como no iba a estar feliz. El día anterior la puse (o me la pusieron, como sea, sepan igual que yo no tengo nada que cuelgue…lo juro, aunque me parezca a la amante de mi amigo Anthoyne, la señora Zulma Lobato).
Obvio que muchos detalles no recuerdo, pero me duelen las entrepiernas y no fui al gimnasio y no hice ningún tipo de actividad que me haga meritoria de tan terrible dolor como lo es el haber cogido después de tanto tiempo.
Cuando entre en razon de mi misma tenia olor a cenicero…propio de volver de un bar toda reventada (por suerte acá todavía se puede fumar en los bares ya que el pucho mata el olor a pata y chivo de las masas). No recuerdo mucho del acto que me ha puesto tan feliz y menos la cara del otro actor, pero me siento cogida y estoy sorprendentemente copada.
No puedo pedir más.